Durante la segunda entrega de Bajo el mismo sol, los lectores fueron testigos de una de las ejecuciones más crueles de la India. En un momento donde los derechos humanos brillan por su ausencia, el género humano desvela sus cruentas prácticas. Acompáñame por este viaje por la historia y conoce algunas de las torturas y ejecuciones más brutales que se han practicado.

Escafismo, método predilecto de los persas

Junto a las crónicas conservadas a lo largo de la historia, el escafismo es una despiadada práctica de iniciativa persa. Procedente del término griego skaphé que significa vaciado, proporcionaba una agónica muerte.

El objetivo era confinar al acusado en un cajón de madera que mantuviera su cuerpo cubierto, a excepción de sus extremidades y cabeza. Después, untaban las partes visibles de piel con leche y miel. A continuación, obligaban a la persona a ingerir elevadas cantidades de la mezcla.Entre la diarrea provocada por tal ingesta y el olor dulce, los insectos rodeaban el cuerpo inmóvil del condenado.

El resultado, era una muerte lenta y dolorosa. Unas ejecuciones más crueles y agónicas cuando se añadía el abastecimiento de agua para alargar la vida del reo. Este fue el caso de Mitrídates, acusado y condenado por el rey Artajerjes II al escafismo. Cuya ejecución viene descrita al detalle en la obra de Plutarco, Vidas paralelas.

El resoplido del toro de Falaris

La Antigua Grecia conserva una excelsa fama intelectual validada por mentes privilegiadas de la historia. Fue aquí, donde un artesano del bronce llamado Perilos, decidió agasajar al rey Falaris con un ingenioso y letal invento. Este gobernante, conocido por su carácter imprevisible e inclinado a la tortura, recibió de Perilos un toro de bronce.

En su lateral, poseía una apertura para introducir a la persona. Un fuego dispuesto bajo el vientre de la escultura permitiría asarla viva. Mientras, las aperturas del hocico permitían la salida del vapor de los fluidos y los gritos del condenado. Sin embargo, el afán de reconocimiento y riqueza le costó la vida a Perilos, que fue víctima de su propio invento. 

El verdadero conde Drácula

Bram Stoker fue un escritor muy conocido gracias a su novela Drácula. Sin embargo, la realidad resulta más impactante que la más delirante de las fantasías. En los albores del siglo XV con el imperio otomano y los reinos cristianos inmersos en una encarnizada lucha, Vlad III sería el hombre tras la leyenda de Drácula.

Encumbrado en un mundo donde no se conocía mayor honor que el del beneficio propio, Vlad III consiguió hacerse con el control de Valaquia, sur de Rumanía, y forjar para sí, una cruenta reputación. Su liderazgo estuvo siempre cubierto de sangre debido a su inclinación por empalar a sus adversarios. Ese destino lo sufrieron los habitantes de la ciudad de Brasov, donde 30.000 personas fueron empaladas. La tortura consistía en introducir una estaca afilada por el ano o la vagina y dejar que la gravedad hiciera el resto.

No obstante, la crueldad de Vlad III no cesó en Brasov. Una carta enviada al papa Pío IV en 1462 revelaba que el príncipe había ejecutado al menos 40.000 personas por este método. Incluso celebraba banquetes con hileras de prisioneros empalados como decoración, exhibiendo con orgullo una de las ejecuciones más crueles conocidas.

Sacrificio ritual de los imperios prehispánicos

Entre todos los pueblos que practicaban las ejecuciones para agasajar a sus deidades, existen quienes pueden considerarse auténticos maestros. El imperio azteca es uno de estos referentes históricos. Celebraran varios rituales al año en honor a deidades como Xipe Tótec, arrancando el corazón a la víctima aún con vida, y desollándola para vestir su piel. Además, realizaban sacrificios de niños pequeños, a veces bebés, en homenaje a Tláloc.

Se arrojaba el cuerpo del sacrificado por la parte más empinada de la pirámide para llevarlos al calpul. Casas donde se procedía a cocinar el cuerpo, siendo el muslo derecho la parte reservada al emperador. Numerosas evidencias arqueológicas muestran una práctica habitual que rondaba los 20.000 y 30.000 muertos anuales. De la misma forma, se sabe que el pueblo azteca practicaba el canibalismo.

Paredes con numerosos cráneos humanos son algunas de las evidencias de estos rituales y costumbres. Así como textos preservados en documentos de las Leyes de Indias que prohibían expresamente este tipo de rituales en las colonias españolas. También se conservan numerosas descripciones visuales de los sacrificios humanos realizados por los aztecas.

Aplastamiento por elefante en la Asia austral

En la India, lugar de ambientación de Bajo el mismo sol, practicaban algunas de las ejecuciones más crueles registradas con animales. El elefante era símbolo del poder real y contribuía a potenciar la creencia de que los gobernantes tenían control sobre cualquier bestia. Durante más de 4000 años, estos animales fueron usados como método de escarmiento y ejecución.

En el caso de ladrones y acusados de crímenes menores se procedía a aplastar algún miembro del cuerpo. Así como arrastrarle con el animal causando múltiples heridas. En el más extremo de los casos, se procedía a la ejecución, que bien podía ser rápida aplastando la cabeza al reo o recrearse en otras partes.

Los gobernantes europeos en Asia consideraban la práctica del aplastamiento por elefante demasiado bárbara. Por tanto, se fue eliminando de sus territorios. Sin embargo, en la novela histórica antes mencionada, se muestra con detalle esta práctica, enalteciendo la fusión entre las culturas y fortaleciendo la visión macabra de los antagonistas. Tendrás que descubrir el personaje ejecutado leyendo la segunda parte de la trilogía.

Torturas y ejecuciones públicas en la Rusia comunista

Aunque oculto en su época, la difusión de la prensa y la desclasificación de documentos confidenciales de la NKVD entre otros, han contribuido a desvelar las perversiones mejor guardadas del bando comunista. Durante la represión llevada a cabo en Rusia, se practicó con intensidad la mano de obra esclava, así como las torturas y ejecuciones.

Maniobras orquestadas por la Cheka, policía revolucionaria comunista, consistían en torturar y matar a cualquier disidente. Entre las ejecuciones más despiadadas se encontraba la muerte por roedores. Consistía en introducir un tubo por la garganta del reo y por este una rata. El animal, azuzado por un pincho, desgarraba la garganta del prisionero provocando una muerte espantosa.

En estos términos, el fusilamiento era la más benévola de las muertes. Sin embargo, no era la única forma de tortura en el territorio rojo. También se practicó la crucifixión, empalamiento, desollamiento, horca y lapidación. Incluso podían dejar a los presos a la intemperie totalmente mojados para que se congelaran. A la Cheka original de 4 años de existencia se la acarrean al menos 200.000 muertes.

 

En Bajo el mismo sol tienes escenificada una de las ejecuciones más crueles de la historia. Aunque no es la única forma de asesinato existente, novelas como Pedro y el Capitán escenifican mejor la tortura.

Seguiremos hablando de los aspectos históricos del libro en los siguientes artículos. ¿Cuál de estas torturas te parece la más cruel? Nos vemos en el siguiente artículo, ¡Qué tengas una semana de novela!