La primera colonización de Australia le corresponde a Inglaterra. No obstante, la novela histórica Bajo el mismo sol ofrece una pista de quiénes fueron los primeros europeos en llegar. Durante los trapicheos que la tripulación del Titán realiza en Australia, se evade deliberadamente un asentamiento holandés. Conoce otro dato interesante de esta novela histórica y descubre las aportaciones que propiciaron la colonización de Australia.

Los primeros europeos de Australia

Este honor le corresponde a Holanda, y más concretamente al navegante holandés Willem Janszoon. En 1606, la tripulación del Duyfken llegó al Cabo de York y recorrió 350 kilómetros de costa. El objetivo era establecer enclaves comerciales en respuesta a la rivalidad reinante con la Monarquía Hispano-portuguesa. Así, bajo la orden de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, Janszoon se lanzó a explorar Australia.

Sin embargo, era un continente habitado por aborígenes que atacaron violentamente los asentamientos holandeses y con unas condiciones climáticas muy duras. Además, solo la costa conservaba cierta fertilidad y la cantidad de especies venenosas constituían un gran peligro. Al final, los holandeses no realizaron la colonización de Australia de manera directa, pero asentaron las bases para que otros lo hicieran.

La importancia de la cartografía holandesa

Antes de abandonar sus esperanzas en Australia, los holandeses siguieron explorando las regiones costeras de la isla. Como consecuencia, se conserva una extensa cartografía y algunos resquicios de su ocupación. Tal como muestra el caso del marinero Dirk Hartog, que en 1616 dejo una placa de estaño en la costa de lo que es hoy la Bahía de Shark. Las cartografías realizadas permitieron la confección de mapas como los realizados por Hessel Gerritsz y Johannes Blaeu.

No obstante, los holandeses terminaron por abandonar la isla, dejando paso a sus homólogos ingleses que le encontraron una utilidad. Los trabajos cartográficos holandeses proporcionaron un conocimiento profundo de la costa. Una ventaja que Inglaterra no dudó en usar para convertir Australia en una colonia penal.

La colonización de Australia como territorio penal

Debido a la creciente criminalidad en Inglaterra, las cárceles del país empezaron a colmarse. Para solucionar la sobrepoblación carcelaria, el gobierno inglés habilitó Australia como una colonia penal. La deportación era, a efectos prácticos, una forma de deshacerse de la manera más rápida de una gran cantidad de presos y encontrarles una utilidad.

Antes de eso, los deportados eran enviados en mayor medida a las colonias inglesas en América. La duración del viaje incitaba aún más a que los barcos salieran en esa dirección. Esta medida de redistribución sería un acicate más en los discursos que incitaban la revolución contra Inglaterra. En este punto, es interesante remarcar las palabras de Benjamin Franklin:

«Vaciando vuestros presidios sobre nuestras ciudades, haciendo de nuestro suelo la cloaca de los vicios de que no pueden libertarse las viejas sociedades europeas, nos habéis hecho un ultraje del cual debieran habernos puesto a cubierto las costumbres patriarcales y puras de nuestros colonos. ¡Oh! ¿Qué diríais si os enviáramos nuestras culebras de cascabel?»

Construir cárceles más grandes en Inglaterra requería de una inversión muy elevada. Como habían comprobado, era más cómodo trasladar a los presos a otras colonias. Por tanto, el 13 de mayo de 1787 el primer convoy de condenados salió de Plymouth, llegando a Botany Bay el 20 de enero de 1788.

El desarrollo de la colonia penal en Australia

Aunque resulta tentador librarse de los presos enviándolos a una isla, esta particular colonización de Australia no estaba exenta de problemas. No solo había que contar con los conflictos con los nativos o las condiciones del clima. La elevada cantidad de presos exigía una constante vigilancia y la construcción de fuertes para evitar sublevaciones.

Por otro lado, habitar un territorio nuevo requiere la construcción de infraestructuras. Estas requerían una predisposición para el trabajo y ciertos conocimientos básicos. Los presos, más motivados a evitar las torturas que optar a las recompensas, carecían de conocimientos y acaparaban una falta sustancial de motivación para adquirirlos. Además, algunos presos ya tenían una edad avanzada y unos achaques que les hacían inútiles para el trabajo. De esta manera, los miembros de la tripulación encargados de vigilar a los nuevos colonos intervinieron activamente en la construcción de la colonia.

Ante la imposibilidad de tener una calidad de vida aceptable, las enfermedades no tardaron en llegar. Frente a las malas cosechas, la comida debía racionarse y el contrabando era tan común entre los presos como entre sus guardadores. Dos años después, otro convoy llegó a Australia agravando aún más la situación. Junto con las provisiones llegó el escorbuto, la disentería y las fiebres contagiosas, disminuyendo aún más la población. Los acontecimientos aquí expuestos están incluidos en la adaptación cinematográfica de El asombroso viaje de Mary Bryant.

Aunque los holandeses se quitaran del medio, sus aportaciones sirvieron para asentar las bases de una colonia penal que se transformaría en un país próspero. Estos guiños a la historia son abundantes en toda la trama de Bajo el mismo sol. Puedes leer la primera parte del libro gratis en Amazon Kindle. Gracias por leer hasta el final y suscríbete si todavía no lo has hecho. ¡Qué tengas una semana de novela!

 

Bibliografía

  • Anuario de Estudios Americanos. 2013. Las rivalidades hispano-neerlandesas en el Pacífico y la conquista de Australia: de Cornelis de Houtman a Abel Janszoon Tasman (1595-1651). Disponible en: https://digital.csic.es/handle/10261/194854
  • University of New South Wales. 2006. Australia del Espíritu Santo: Un nombre español para un país inglés. Disponible en: http://chilenosenaustralia.com/images/spanishversion.pdf
  • Concepción Arenal. 2020. Las colonias penales de la Australia y la pena de deportación. Disponible en: https://www.torrossa.com/en/resources/an/4647403#