Nos esforzamos en crear la trama y los personajes, pero elegir un buen título para tu novela es también, una parte importante. Recuerda que se trata de parte de la carta de presentación de tu obra. Lo primero que los lectores verán de tu libro, de ahí la importancia de elegirlo bien. Te daré algunos consejos para conseguirlo.

Haz referencia a la narración y la ambientación

Este fue el truco que elegí para titular mi propia obra. Bajo el mismo sol es una novela histórica que ocurre en diferentes partes del mundo simultáneamente. Los capítulos se basan en vivencias enfocadas en personajes concretos y que transcurren en un tiempo y lugar determinado.

Pensilvania, 20 de febrero de 1776

Calcuta, 10 de enero de 1777

Mascate, 8 de mayo…

Por tanto, el sol es ese elemento unificador que une todas las historias y que permite al lector saltar de una acción a otra, aunque el lugar donde ocurren se encuentre a kilómetros de distancia. Todo ocurre bajo la influencia de un mismo elemento, hasta que las historias, a priori separadas, se unen bajo el mismo sol. No se que pensarás, pero para mi es un buen título para una novela histórica con una narración a saltos.

Elegir algún acontecimiento importante de la trama

Lo más intuitivo es elegir un título que tenga que ver con el contenido del libro. Siendo una obra tuya tendrás claro el argumento y en teoría, te será más sencillo elegir uno. Sin embargo, en la práctica los títulos que has pensado pueden no encajar bien. En mi caso, el titulo me vino como una inspiración, como si una flecha me atravesara y despejara todas mis dudas. No obstante, escribir una trilogía requiere diferenciar bien los libros haciendo uso de un buen subtítulo. ¿Cuál podía elegir?

Llegue a la conclusión de que una referencia a lo que iba a suceder a continuación era una buena idea. Sin llegar a desgranar el interior, solo sugiriendo lo que va a suceder y consiguiendo intrigar al lector. Así nació Pena de Muerte, la segunda entrega de Bajo el mismo sol que se publicara este año.

Este subtitulo sugiere que alguien va a morir, pero no hace referencia a quién, ni cómo ni cuándo. Habiendo leído el lector una primera entrega y empatizando con los personajes de la trama, estará preocupado de que sea su personaje favorito en que termine palmando.

Apelar a los personajes del libro

Es muy común considerar el nombre del protagonista como un buen título para una novela. Si, además, la novela se centra en la vivencias de un personaje concreto, es una elección estupenda. De esta manera, Manolito Gafotas de Elvira Lindo es un título bien elegido si nos quedamos con que trata sobre la vida de este simpático niño. Otro ejemplo de ello sería Madame Bovary de Gustave Flaubert, la historia de una mujer casada e insatisfecha que busca el amor en brazos ajenos.

Aunque la novela no traté de un personaje concreto también puede ser una elección interesante. Si se trata de un personaje principal o que tiene un papel importante en la trama, llega a ser una decisión acertada. Por ello, en la tercera entrega de Bajo el mismo sol, elegí el subtítulo El despertar de Warbouth. Haciendo referencia a un personaje que deberá fortalecer su personalidad si quiere hacer justicia.

También puedes ser más sutil y sustituir el nombre del personaje por un juego de palabras o una perífrasis. De esta manera la precuela de Petra Windfield, se llamará La Reina Negra, apelando al apodo por la que se la llegará a identificar entre la sociedad del momento. Aunque esta entrega me temo que no verá la luz hasta pasado la mitad del año 2022. También puedes elegir alguna característica del personaje como hizo Manuel Vázquez Montalbán en El pianista.

Decantarte por fechas y lugares

Si escribes una novela futurista es una buena idea, igual que si escribes novela histórica. Tienes muchos ejemplos de escritores que se han decantado por estas opciones: Vladímir Voinóvich con Moscú 2042 o Benito Pérez Galdós con El 19 de marzo y el 2 de mayo.

No tiene porque ser una fecha concreta, sino lapsos de tiempo como por ejemplo: En el otoño de sus vidas de Ignacio Ramón Martín Vega o Más allá del invierno de Isabel Allende. Como ves no es tan preciso como una fecha, pero da un toque poético muy seductor.

No obstante, si hay un caso en el que no considero las fechas un buen título para una novela, y es cuando está ambientada en la sociedad actual. Si por ejemplo pones como título, El Don Juan del 2021, cuando pase el año da la sensación de que el libro esta desfasado. Queda en tierra de nadie, pues no han pasado suficientes años para que se considere historia ni se habla de una posibilidad futura. En novelas actuales me decanto por un título más difuso como El Don Juan de otoño, por ejemplo. Es una opinión personal y ya sabes lo que dicen: para gustos los colores.

Un abanico de contrastes

Otro recurso que funciona a las mil maravillas para captar la atención del lector es elegir términos a menudo opuestos o frases chocantes. Si vemos un libro donde ponga Como elevar tu I.Q comiendo niños superdotados o El viril arte de tejer, nos llamará la atención. No por nada, tan solo por una retahíla de ideas preconcebidas o convencionalismos sociales. En este punto tengo que admitir que Lewis Burke Frumkes y Dave Fougner fueron bastantes originales.

Otras obras más conocidas son Cianuro espumoso de Agatha Christie o Crimen y Castigo de Fiodor M. Dostoievski. Títulos más cortos y en mi opinión más recomendables, pero que crean un contraste interesante para atraer al lector. Constituyen en mi opinión un buen título.

Elegir un término más genérico también puede ser una opción acertada, teniendo en cuenta que los títulos muy largos son difíciles de recordar para cualquiera que este haciendo zapping en una librería. Autores de ciencia ficción como Carlos Sisí se decantó por Panteón. Mientras que Dean Koontz eligió Susurros para su novela de suspense.

Un mundo con infinidad de posibilidades

Como ves, tienes un sinfín de posibilidades para elegir un buen título. Lo único que debes tener en cuenta, es que conviene que sea fácil de recordar, impactante y sobre todo, que tenga relación con el contenido de la novela. Nada molesta más a un lector que comprar un libro pensando que va a resolver una necesidad concreta y luego ver que no es así. Mas que en las novelas esto pasa en los libros de no ficción que pretenden ilustrar al lector sobre alguna rama del saber. Sin embargo, no bajes la guardia e intenta elegir un título que ilustre de alguna manera el alma de tu libro.

Es importante que recuerdes, que un buen título no es la única parte importante del libro. Su contenido, sus personajes, la trama, la portada, el diseño… Todo es un trabajo de conjunto y cuanto más cuidado pongas en cada detalle más encandilarás al lector. Si sigues estos consejos, estoy segura de que encontrarás un buen título para tu novela.

Seguiré compartiendo contigo los consejos que me han servido en esta aventura que es escribir. Apúntate al Newsletter para no perderte nada. Hasta el próximo consejo y ¡Qué tengas una semana de novela!