Cualquier persona que dedique su tiempo a la creación de un activo, ya sea una canción o un libro es susceptible de sufrir el plagio y la piratería. Todos los artistas debemos lidiar en algún momento con ellos y cuanto más reconocimiento tengamos, sufriremos estos abusos en mayor medida. Si no esta en nuestra mano eliminarla, al menos podemos reducirla.

¿Por qué la gente piratea nuestras novelas?

Tendemos a pensar que la gente que piratea contenido son personas que se dedican al negocio y sacan un partido económico. Sin embargo, la gran mayoría de la gente que ha pirateado alguna vez o que lo sigue haciendo, son personas normales. Personas que pueden piratear una película un día y al siguiente irse al cine. La razón primordial de esta práctica es la imposibilidad de comprar una película en Blu-ray por 20€. Un libro también puede tener un precio similar y dejar fuera a personas con un nivel adquisitivo bajo. Ya sabemos una de las razones por la que los lectores aceptan leer un libro en PDF que encuentran en internet.

¿Por qué la gente plagia nuestras ideas?

La falta de creatividad y las escasas ganas de trabajar en crear la trama son las principales razones. El plagio es un delito y puede acarrear importantes sanciones económicas para aquellos que lo practican. Para los que son plagiados es una fuente constante de frustración, razón por la cual incluir tu obra en el registro de la propiedad es de suma importancia antes de compartirla. Es cierto que debes desembolsar una cantidad apreciable por un abogado experto en derechos de autor, pero a la larga puede salirte rentable. Que hayas registrado tu obra no impedirá que haya personas tentadas a plagiarla.

Sin embargo, te sorprenderá saber que una parte de los plagios se producen de forma inconsciente. Nuestro cerebro es una gran máquina de almacenaje que alberga un sinfín de recuerdos cuyo origen no somos capaces de identificar. Por lo que en un momento dado podemos adquirir una idea como nuestra cuando en realidad la hemos visto en otro sitio. Esta condición psicológica ha sido ampliamente estudiada y se conoce como criptomnesia.

Formas para disminuir la piratería en nuestro ámbito

Disminuir la piratería en nuestro ámbito es posible permitiendo un acceso más asequible. Podemos tomar el ejemplo de las plataformas como Netflix o Spotify que, con una suscripción mensual asequible, han conseguido reducir la piratería. Así lo muestra numerosos estudios, como los realizados por el operador neozelandés Vocus Group NZ al consultar a numerosos encuestados.

Los autores podemos reducir esas prácticas poniendo un precio asequible a nuestros productos o incluso promocionando nuestras obras con contenido gratuito. Puedes donar libros a la biblioteca de tu ciudad para que puedan consultarlo sin comprarlo. Si tienes página propia, puedes tener suscriptores a los que les hagas un descuento especial por seguirte, incluso puedes darles el ebook gratis. También puedes hacer un evento online.

Hacer una videoconferencia una vez a la semana para compartir capítulos de uno en uno para un aforo limitado. Así no tendrás las fronteras que puedes tener en una biblioteca y para que no sientas que estas perdiendo puedes pedirles que se suscriban a tu blog. Sería una buena iniciativa para crear una comunidad que te siguiera durante los meses que tardarías en terminar el libro. Complementarlo con un grupo privado para crear debate, bien administrado, puede ser una poderosa herramienta. Al final la promoción te la harían ellos mismos y pueden compensarte las pérdidas a medio y largo plazo.

Como recompensa podrás reducir la piratería en tu círculo más inmediato. Ni que decir tiene que tu reputación mejoraría visiblemente ante los lectores, por las diversas alternativas que te esfuerzas por plantear. Obviamente no hace falta que las implantes todas a la vez. Cada persona tiene sus objetivos y dependiendo de ellos y tu disponibilidad te vendrá mejor una u otra. Te garantizo que así podrás reducir la frustración que surge por el plagio y la piratería.

La educación como freno de mano para el plagio

Al final, el libre albedrío nos permite tomar decisiones, entre ellas robarle el trabajo a alguien. Estoy a favor de la libertad, pero también a favor del respeto y la responsabilidad individual. Si nombras una obra en tu libro estarás reconociendo la autoría del creador, citar no es lo mismo que plagiar. Sin embargo, aprovecharse egoístamente del talento ajeno será contraproducente a medio y largo plazo. ¿No has oído eso de que se pilla antes a un mentiroso que a un cojo?

Respetar a los demás forma parte de la buena educación, una educación que se da en casa no en el colegio. Si quieres que la gente respete tu libro debes predicar con el ejemplo. Si te conviertes en un referente hablaras con conocimiento y motivarás a otros a seguir tu método. No hagas a otros lo que no te gustaría lo que te hagan a ti.

Como es de esperar, el plagio y la piratería son primos hermanos y siempre habrá un porcentaje de gente que los practique. Si te topas de frente con una persona así ponle un ejemplo claro con su profesión. ¿A ti te gustaría que fueras a trabajar y no te pagaran? ¡Pues es lo mismo!

Encuentra el estado mental adecuado

Después de estas iniciativas y buenas intenciones, vuelves a la realidad donde te siguen plagiando y pirateando. Ármate de paciencia y buen rollo porque por mucho que te esfuerces no puedes controlar a todo el mundo. Es un trabajo agotador y estarás invirtiendo tiempo que podrías usar en mejorar tus textos y fidelizar a tu comunidad.

Intenta cortar las prácticas que lleguen a tus oídos, pero no te obsesiones con ellas. No permitas que supongan una fuente de estrés constante, que te distraiga de todo lo demás. Piensa que si te plagian es porque tienes talento, y si te piratean porque les llamas la atención. Dedícate a lo tuyo y deja que tu abogado se coma la cabeza con los plagiadores o permite que tus lectores se hagan cargo. Ellos mismos los pillarán y los dejarán en evidencia. Estos son unos pequeños consejos para lidiar con el plagio y la piratería.

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