Las arbitrariedades de los poderosos siempre han estimulado la lucha por los derechos humanos y este es el caso de la Carta Magna que estimulo el inicio de las leyes modernas. Esta Carta se creó a raíz de las injusticias encabezadas por Juan I de Inglaterra. Mas conocido como Juan “sin tierra”, sus acciones inspiraron a villanos de infinidad de historias, entre ellas las icónicas aventuras de Robin Hood.

Regímenes absolutistas durante la Edad media

En todos los regímenes absolutistas durante la Edad media e incluso posteriores, los abusos de poder nunca han dejado indiferentes a nadie. Todos los súbditos eran afectados por sus decisiones y aunque tener una elevada posición social amortiguara sus efectos, no era un seguro que protegiera sus libertades.

En el siglo XII la figura del rey era intocable. Esta premisa también se daba en Inglaterra, cuya posición geográfica disminuía el impacto de las leyes romanas sobre su jurisprudencia comparada con Francia. Nos encontramos en un periodo muy convulso, donde la rivalidad entre ambas potencias era más que conocida. Unas disputas que no solo se daban entre distintas regiones sino dentro de las mismas familias, enfrentando a hermanos y hasta cónyuges. En este ambiente de crispación viviría y gobernaría el polémico Juan “sin tierra”.

Los abusos de poder del rey

Es curioso que los abusos de poder del rey fueran encabezados por un hombre con escasas posibilidades de heredar un trono. Siendo el hijo menor de una casa real, era esperable que fueran sus hermanos mayores los que tuvieran la oportunidad de pasar a la historia por su despotismo. Sin embargo, a causa de las intrigas políticas, traiciones y guerras, el destino quiso otorgarle a Juan “sin tierra” el título de rey de Inglaterra.

Así después de ser coronado rey tras la muerte de su hermano Ricardo I en el año 1199, continuó disputándose el trono con su sobrino Arturo. Derrotando al hijo de su difunto hermano Godofredo, terminó con su principal rival dentro de sus propias fronteras. No obstante, la guerra con Felipe II, rey de Francia y el Papa Inocencio III, fomentarían el inicio de sus acciones egoístas. Una decisión que desembocaría en la creación de la Carta Magna y asentaría las bases para el inicio de las leyes modernas.

Las acciones tiránicas de Juan I de Inglaterra

Entre todas las acciones tiránicas de Juan I de Inglaterra destacaremos las de mayor impacto y aquellas que más artículos recoge la Carta Magna. Aunque debo señalar que este rey no fue ni sería el único en abusar de su poder.

Los feudos de los barones estaban sujetos por un estricto control real que permitía al monarca confiscar las tierras a la muerte de este. Tanto en ausencia de herederos o incluso en disputa de estos, el rey podía ejercer este derecho arbitrariamente. Lo que desembocaría en la tentación de una lucrativa cadena de favores. Si había herederos menores de edad, el rey disfrutaba las rentas hasta que esta condición cambiara.

En muchos casos podía llegar a vender al propio heredero por un valor similar a sus propiedades en matrimonio. Como puede esperarse, las viudas y las hijas también solían venderse con menos miramientos que en el caso de los herederos varones.

A causa de la necesidad de capital para cubrir los gastos bélicos, los impuestos se volvieron más arbitrarios y abusivos al pasar los años. Por supuesto, no pagarlos suponía el inicio de crueles represalias en ausencia de juicios. Estas medidas tiránicas y arbitrarias bien podían despojar a unos en favor de otros, mostrando evidentemente un sistema en la que la voluntad real estaba por encima de cualquier derecho. Unos atropellos que tambalearon las lealtades de los barones al nuevo rey y que ningún noble estaba dispuesto a pasar por alto.

La carta de libertades

Ante sus abusos reales, los barones redactaron una carta de libertades como un seguro contra la acciones arbitrarias del monarca. Denominada Artículos de los Barones y enviada a Londres en el año 1215, fue ignorada por el rey. Como respuesta, los barones se alzaron en armas y tomaron Londres en mayo del mismo año. Ante la presión de la nobleza Juan I no tuvo más remedio que aceptar y ordenar la confección de una Concesión Real conocida como la Carta Magna.

La Carta Magna estableció por primera vez en la historia el derecho a un juicio y a un abogado. Estableciendo las bases de las libertades constitucionales que serían el inicio de las leyes modernas. Dando medios para que las quejas fueran escuchadas y limitando el poder del Estado dentro del marco de la propia ley. Por tanto, se convirtió en el primer documento escrito que dilapidaba la idea del poder absoluto del Rey.

Los artículos recogidos en el documento crearon grandes esperanzas que, como cabe esperar, no siempre se llevaban a la práctica. Estos eran de índole muy específica y si bien reconocían algunos derechos estos en su mayoría solo podían aplicarse a la nobleza. Por tanto, y como se vería en años posteriores, la arbitrariedad de algunos miembros de la sociedad se convertiría en el yugo de muchos otros. Al fin al cabo, la nobleza suponía un porcentaje inferior al 15% de la población de la Europa feudal.

 

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