Jamal Bashir es uno de los personajes más emocionantes de la novela y nos muestra como fue su camino hacia la libertad. Su historia manifiesta como un esclavo podía liberarse de una manera traumática que nos ha hecho llorar a más de uno. Sin embargo, las vías de escape convencionales para un esclavo no se asemejan por completo a esas formas.
Un camino poco transitado
Como puede suponerse, ser liberado es un camino poco transitado para una persona privada de su propia autonomía. Para un esclavo el camino hacia la libertad era una quimera en la mayoría de los casos. Por tanto, muy pocos eran los afortunados que conseguían liberarse de ese destino.
A pesar de ello, existen registros de libertos que se han librado de su antigua condición. Entre todas las vías de escape posibles, un esclavo disponía de tres vías legales fundamentales. Por supuesto, estas vías legales eran difíciles de conseguir, aunque no imposibles.
La manumisión, el acto jurídico romano
Este término legal usado en Roma y sus territorios, consistía en la liberación de un esclavo por acción de su dueño. Es este caso el propio amo liberaba al esclavo que automáticamente se convertía en liberto. Esta categoría de ciudadano era similar al plebeyo y aunque podía amasar una fortuna, no tenía derecho a ocupar cargos públicos. Si podía ejercer su derecho al voto, pero su inscripción en instituciones del senado estaba vetada.
También existía la posibilidad de obtener la libertad por una cláusula testamentaria. Esta práctica, aunque no muy extendida podía concederse de manera condicionada. Es decir, con una serie de premisas que debían cumplirse. Estas concesiones testamentarias no eran frecuentes y los herederos solían invalidar dichos privilegios.
La intervención de una autoridad superior
A pesar de los deseos del dueño, un esclavo podía ser liberado por la intervención de una autoridad mayor. Las leyes promulgadas por un gobierno o un monarca bien podían ser suficientes para ofrecer la liberación a una sección esclava. Esto se dio durante la Guerra de Secesión cuando se ofreció la emancipación a raíz de la decimotercera enmienda.
Sin embargo, e incluso dentro de proclamas de este tipo, siguió imperando la manumisión por encima de estas medidas gubernamentales. Sin ser estas, como ya se decía en el apartado anterior, demasiado extensas. El camino hacia la libertad estaba lleno de obstáculos.
La libertad a golpe de talonario
Por supuesto, una de las vías más sencillas siempre era la autocompra. Por tanto, entre los esclavos era recurrente atesorar dinero para destinarlo a su propio rescate. Los familiares de estos también podían ahorrar efectivo para destinarlo a la liberación de uno de ellos.
Sin embargo, el proceso podía llevar años y normalmente los esclavos tenían escasas fuentes de financiación. Muchos de ellos, destinaban las dádivas o las limosnas al objetivo de la autocompra. Aún así, el dueño podía reservarse el derecho de no aceptar el pago.
La huida hacia la libertad
No hay duda de que la vía más rápida de dejar de ser esclavo era salir huyendo de los amos. Sin embargo, esta iniciativa a la desesperada era sumamente arriesgada. Los esclavos no solían tener, en la mayoría de los casos, recursos suficientes para realizar una huida planificada. Las prisas podían destruir el plan de fuga y poner al esclavo frente a un severo castigo.
Los latigazos, las torturas y los accesorios humillantes eran una práctica común como método vejatorio. Si tenían la mala suerte de ser capturados, se le sometían a este tipo de acciones que en muchos casos les disuadían de reintentarlo. El personaje de Parkins deja claro que les esperaba a los esclavos fugitivos que no logran escapar.
La imaginación de la autora
En momentos cruciales de la historia, poner la libertad como recompensa favorecía la inyección de mano de obra esclava. Por esa razón, era frecuente en conceder este tipo de privilegios en momentos de máximo peligro.
En el camino hacia la libertad, Jamal Bashir nos muestra una manera inusual desde la perspectiva histórica. El circulo de la muerte es una invención de mi propia mente de escritora. No obstante, es lo bastante emocionante y verosímil para convertir este punto en uno de los más emotivos de la trama. De existir en la realidad, está claro que se lo pondrían muy difícil al esclavo. Una fuente semejante de beneficios dejaba de manifiesto la necesidad de conservarla.
Espero que te haya gustado esta aclaración histórica referente a la novela Bajo el mismo sol. Puedes apuntarte al Newsletter para no perderte ninguna novedad y disfrutar de la primera parte de la novela gratis. Te espero en el próximo artículo ¡Qué tengas una semana de novela!
Como se dice en El Quijote… «La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida»
Pura poesía. Sin libertad no tenemos nada.