Muchas series de época escenifican una taberna donde las conspiraciones se suceden entre los juegos de azar. Los juegos de contrapartida empezaron a hacerse populares a partir del siglo XVI, dando una ventaja clara al organizador del juego. Úsalos para dotar a tus novelas del ambiente de confabulación propio de casinos y tabernas.

Las ruletas como las reinas del casino

Ningún casino puede visualizarse sin la presencia de la ruleta. Este icónico juego de azar era uno de los más populares del siglo XVIII. El prototipo inglés consistía solo en el elemento giratorio, donde una bola caída al azar repartía la suerte. Sin embargo, es la ruleta francesa la más parecida a la actual.

Durante el siglo XVIII, los franceses transformaron la ruleta inglesa, fusionándola con un juego de origen catalán. La auca era un tablero con ilustraciones usado tanto para el juego como para la difusión cultural a través de la imagen. Los franceses añadieron este elemento a la ruleta conformando el sistema de apuestas moderno.

La fiebre de la lotería

Durante el siglo XVIII los juegos de azar se dispararon en toda Europa. Las consecuencias que acarreaba adquirir el juego como vicio estaban entre las preocupaciones de la época. Razón por la cual, se impulsaron una serie de leyes que ilegalizaban los juegos de azar. Una ley promulgaba por Carlos III, convirtió la lotería en un juego de contrapartida de gran popularidad en España.

Aunque surgió por un mero afán recaudatorio de la Monarquía y el Gobierno, se defendía su utilidad para invertir en obras benéficas. Durante estos años, se trataba de un juego que planteaba 90 números del cual solo 5 salían premiados. No se tenía en cuenta, como ahora, la cantidad de dinero recaudado, sino las probabilidades de que tocará.

Por tanto, mayor era el premio según lo difícil que fuera acertarlo. Razón por la que Hacienda limitaba la apuesta a algunos números para evitar pagar premios demasiado altos. Aun así, la lotería sigue siendo uno de los juegos de azar más populares.

Los dados, el más antiguo de los juegos de azar

Ya se encontraron juegos de dados en Oriente, como el senet o el juego real de Ur en el 2400 a.C. Siendo uno de los juegos de azar más antiguos, ha tenido infinidad de variaciones en la historia. Dando otros derivados como el dominó.

Los dados podían usarse en solitario, haciendo apuestas según las tiradas o hacerlos formar parte de juegos más elaborados. En el siglo XVIII, se hizo muy popular el trictrac muy parecido al actual backgammom. Sin embargo, el objetivo del trictrac era anotar el máximo de puntos posibles.

Aunque era un juego más propio de la aristocracia, las versiones de juegos de dados con tableros o naipes solían practicarse en todas las clases. Los juegos de azar constituían un pasatiempo común en tabernas, casinos, reuniones e incluso en alta mar.

Los naipes como pasatiempo favorito

Frente a los juegos de azar como los dados no tardó en colocarse los juegos que involucraban naipes. Durante el siglo XVIII este elemento se hizo un hueco en la sociedad en todos sus niveles. Desde la aristocracia hasta los arrabales, pasando por los clubs privados o las posadas, todos conocían algún juego de naipes. En la literatura y en el cine se hace una reiterada referencia a ellos.

En el siglo XVIII algunos naipes ostentaban los puestos más populares de los juegos de azar. Juegos de naipes como el faraón, baceta, sacanete o blackjack, muy populares en España, fueron prohibidos en pro de la lotería. Mientras tanto, en países como Francia e Inglaterra el bridge o el whist constituían un pasatiempo ineludible.

La prohibición laxa de los juegos de azar

La propensión a la apuesta que estimulan los juegos de azar promovió numerosas prohibiciones. Sin embargo, estas leyes se aplicaban de forma muy permisiva a los clubs privados de las clases más pudientes. Resguardados en la privacidad que merecen sus clientes.

De igual forma, los casinos clandestinos siguieron existiendo y estos juegos evolucionando hasta sus versiones actuales. Estos lugares destacaban por su enorme variabilidad de juegos y libertinajes. Otros juegos de apuestas como las peleas de gallos y de púgiles, o las carreras de caballos eran también muy populares.

Los juegos de azar en Bajo el mismo sol

La novela histórica Bajo el mismo sol deriva de un ambiente a otro. Mostrando escenas de taberna donde se planifican los robos y asaltos. Mientras, en una lujosa mesa de tapete verde y cuantiosas apuestas, se da cabida a conspiraciones más ambiciosas.

Las escenas de juego, libertinajes y alcohol pueden verse con frecuencia. Razón por la que no recomiendo su lectura a menores de edad. Aunque fueran pasatiempos comunes en la sociedad del siglo XVIII.

 

Si te planteas hacer una novela histórica de este siglo, incluye alguna escena en un casino o similar. Desde luego no estará históricamente mal ambientada. Apúntate al Newsletter para no perderte nada. ¡Qué tengas una semana de novela!