Aunque te dirijas a un público adulto, puede asaltarte la duda de incluir o no escenas sexuales en tu novela. La posibilidad de que algún familiar o conocido lea tus escritos, puede replantearte tu idea de incluirlas. No creas que el sexo es exclusivo de las novelas eróticas. Mas bien se incluyen en todos los géneros según las preferencias del autor y en determinadas situaciones. Como escritora de este tipo de escenas te daré unos consejos al respecto.

Un premio conseguido con esfuerzo

En el mundo hay infinidad de lectores y cada uno tendrá sus propias ideas al respecto. Yo en cambio, cuando leo una historia romántica que me engancha, estoy deseando ver la unión corporal de los personajes. Sin embargo, cargo con el estigma que atormenta a muchas otras personas. Cuanto más me cuesta conseguir ese momento, más dulce me sabe el desenlace.

Por tanto, considero que una escena de sexo explícito entre personajes debe responder a una consecuencia a la tensión sexual acumulada en capítulos anteriores. Dicho de otra forma, que esa escena este precedida de encuentros insinuantes, pero no determinantes. Puede que esta preferencia este sesgada por mi opinión sobre las relaciones de pareja. Considero que la confidencialidad sexual es tan importante en la pareja como la confianza.

Proyección hacia escenas determinantes

Si has leído alguno de mis libros sabrás que algunas escenas sexuales aparecen entre personajes donde no se incluye esa tensión sexual. Es cierto, que dejo pistas antecedentes de lo que va a suceder, pero no desarrollo ese deseo reprimido. Eso se debe a que el papel que tengo reservado para uno de esos personajes no es trascendental en la trama.

Se trata de un personaje secundario que no va a tener un papel significativo. En este ejemplo concreto, la relación sexual del protagonista Walker Showerd con Eren Killie tiene un objetivo posterior. Si has leído la primera parte de Bajo el mismo sol, sabrás la transcendencia que tiene esta efímera relación en el desarrollo de la novela.

Intercambio de intereses

En una novela las relaciones humanas son constantes y el sexo puede convertirse en una moneda de cambio. Al fin al cabo, el intercambio de favores sexuales lleva usándose indistintamente entre hombres y mujeres durante siglos.

En una novela donde hay personajes faltos de escrúpulos, dispuestos a cumplir sus objetivos a cualquier precio, vender su cuerpo no es una idea descabellada. Por ello algunos personajes no dudan en acostarse con sus socios para afianzar relaciones o con sus enemigos para conseguir información. Mi antagonista Petra Windfield no duda en mantener relaciones sexuales a cambio de beneficios de diversa índole. Es cierto que no desarrollo la tensión sexual antecedente, pero no es necesario. Si la propia Petra lo ve como un simple trámite,  ¿Por qué voy a describir esa relación con detalle?

Escenas de abusos

Como escritora de novela histórica plasmó la realidad en la medida de lo posible. La violencia es una parte intrínseca del ser humano y eso implica la redacción de abusos. Que incluyas este tipo de escenas, lejos de lo que puedan pensar algunos “iluminados” no significa que estés a favor. Sin embargo, los traumas son una manera de cambiar la personalidad de un personaje de manera radical. Sin necesidad de desarrollar el alineamiento de estos poco a poco.

Por esa razón, escenas de violaciones es algo habitual en las costumbres de algunas figuras de Bajo el mismo sol. Que Demian Hastings, un hombre acostumbrado a menospreciar a las mujeres, viole a su esposa es un hábito. Lo raro es que se comporte como un caballero cuando no necesita fingir lo contrario. La tortura de vivir con un maltratador hace que nuestra protagonista femenina se replantee lo que busca en un hombre.

Sexo explícito o implícito

Por supuesto también puedes incluir escenas sexuales por otros motivos. Por ejemplo, plasmar la personalidad de un personaje que prefiere refugiarse en diversiones mundanas para alejar sus remordimientos. Si eres un lector de mi novela, no hace falta que te diga a quién me refiero.

Sin embargo, cuando incluyes escenas sexuales te asalta otra duda ¿sexo explícito o implícito? Yo diría que depende de la transcendencia que tenga dicha escena en el desarrollo de la trama y de tu personalidad. Si se trata de una serie de personajes secundarios que no tienen un papel relevante, tirarse un capítulo entero describiendo sus relaciones sexuales no tiene mucho sentido. Si, encima tienes una personalidad pudorosa para incluir escenas sexuales, no te sentirás cómodo para describirlas con detalle.

Una búsqueda de estilo propio

Al final, se trata de una decisión personal donde tu vena literaria te pide incluirla con más o menos detalle. No obstante, hay infinidad de maneras de describir esas escenas y leer a los ganadores del Premio al Mal Sexo, te dará una idea de los errores frecuentes.

Me he limitado a darte unos consejos para saber dónde colocar esas escenas. En cuanto a cómo escribirlas dependerá de tu estilo como autor. En mi caso, mentiría si dijera que muchas de esas escenas no se basan en mis propias experiencias sexuales.

 

Espero que estas reflexiones te hayan ayudado y espero compartas tus propias escenas al respecto. Te espero en el próximo artículo y si quieres seguir la página no dudes en apuntarte al Newsletter. ¡Qué tengas una semana de novela!