El Taj Mahal esta considerado como una de las 7 maravillas del mundo y su valor arquitectónico es inmenso. Sin embargo, este mausoleo fue inspirado por el amor de un sultán al amor de su vida, Mumtaz Mahal Begum.
La joven que conquistó al emperador
Arjumand Banu Begum, mas conocida como Mumtaz Mahal, nació el 1 de septiembre de 1593, hija de un noble persa. Las conexiones que su padre tenía con el emperador Jahangir, permitieron que conociera a su hijo, el príncipe Khurram. Al parecer cuando ambos jóvenes se conocieron en 1607, el príncipe quedó prendado de ella.
En ese momento ambos contaban con 15 y 14 años respectivamente. A pesar de su juventud Khurram, la convirtió en el amor de su vida favoreciéndola por encima de sus otras esposas. Se casaron 1612 siguiendo un consejo astrológico que auguraba la felicidad en el matrimonio.
Mumtaz Mahal Begum, la elegida de palacio
A partir de ese momento empezó a conocérsela como Mumtaz Mahal Begum, que en persa significa la Elegida de Palacio. Según la versión de los cronistas coetáneos el amor que el emperador la procesaba le hicieron abandonar la relación con las demás consortes. Dejando solo el título matrimonial una vez cumplida la condición de engendrar.
Se la describe como una mujer cariñosa y preocupada por los pobres, sin intereses políticos y con una belleza y compasión que la hacían destacar sobre las demás. La confianza y el amor de Khurram, que tras ascender al trono pasó a llamarse Shah Jahan, permitió que Mumtaz Mahal lo acompañara en sus viajes, en sus campañas militares e incluso custodiara el sello imperial.
La tragedia que derrumbo al emperador
Tras diecinueve años de feliz matrimonio y el nacimiento de 13 hijos, Mumtaz Mahal murió a dar a luz a su ultima hija Gauhara Begum en 1631. Aquel acontecimiento hundió al emperador en un profunda depresión, que lo mantuvo alejado de la vida pública durante un año vistiendo el luto. Cuando el soberano reapareció se le describe como un hombre de espalda encorvada, pelo canoso y extendidas arrugas que provocó la sorpresa absoluta de sus súbditos.
La ayuda desinteresada de su hija mayor Jahanara Begum, le permitieron retomar las riendas de su imperio, aunque nunca pudo dejar atrás la tristeza de haber perdido a su amada esposa. Decidido a rendirle homenaje, mando la exhumación del cadáver de Burhanpur para ubicarlo en las inmediaciones del rio Yamuna en la ciudad de Agra. Lugar donde se construiría el mausoleo en su honor, conocido por las generaciones futuras como Taj Mahal.
Taj Mahal símbolo del amor eterno
Haciendo llamar a artesanos de todos los rincones de su imperio y con una cantidad de 22000 obreros, se dispuso a construir el mausoleo más hermoso conocido hasta la fecha. Ordenando su construcción en mármol blanco de las canteras de Makrana, el edificio también combino el uso de la arenisca roja y el mármol negro, muy utilizados por los musulmanes de su tiempo.
La elegancia se traslado también al interior donde el emperador ordeno ubicar piedras preciosas y semipreciosas para adornar la tumba de Mumtaz Mahal. Obsesionado por la simetría, el ataúd se ubico en el centro mismo de la sala principal. Simetría que solo se rompió a la muerte de Shah Jahan que fue enterrado junto a su esposa tras su muerte en 1666.
Sin embargo, resulta curioso que frente al amor que procesaba a su esposa se colocara el egoísmo de un hombre que mandó cegar y amputar las manos a los artesanos que promovieron la construcción del Taj Mahal. A fin de que jamás pudieran construir ningún otro monumento que opacara su belleza. Por supuesto, puede que esto fuera parte de la leyenda que engloba este emblemático edificio. De cualquier forma, el Taj Mahal se erigió como una prueba del poder eterno del amor.
Espero que te haya gustado y que esta historia de amor inspire tus futuras creaciones literarias. Como siempre no te pierdas otro acontecimiento ocurrido en la India, esta vez en una prisión. Te invito a comentar y a apuntarte al Newsletter para no perderte ninguna novedad.
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