La moda masculina del siglo XVIII ha sufrido muchos cambios. Los trajes podían ser tan coloridos y elaborados como sus homólogos femeninos. Sin embargo, alrededor de ellos existen una serie de curiosidades que no te imaginas.

Ropajes masculinos de gran valor

La indumentaria siempre ha reflejado la rareza y calidad de los materiales usados en su fabricación. Durante este periodo, las camisas masculinas eran confeccionadas con seda. Mientras, las casacas para hombre estaban elaboradas con hilos metálicos de oro y plata. Esto confería a la prenda un precio muy elevado.

Como consecuencia, algunos ropajes alcanzaban valores tan altos que llegaban a considerarse parte del patrimonio familiar. Había algunos que incluso llegaban a adquirirlos como inversión. Algunos testamentos de la época incluyen descripciones detalladas de la prenda en cuestión.

La distinción de los criados de librea

En más de una ocasión, los criados de librea aparecen en las adaptaciones cinematográficas. Se identifica como un símbolo de estatus, exclusivo de las clases sociales más altas. Y es que la librea era la indumentaria masculina que llevaban los sirvientes de las casas nobles.

Siendo utilizado por criados que se exhibían en público, como cocheros y lacayos, debían reflejar a quienes servían. Ir vestido en consonancia con la naturaleza del evento al que acompañaban a sus señores. Considerando sus materiales, la librea era un verdadero regalo para el trabajador.

Los detalles bordados del traje y la calidad de los materiales, les otorgaban un verdadero tesoro. Incluso después de servir a la casa noble, la persona conservaba el uniforme. Por tanto, era como tener una carta de recomendación.

Un juego de geometría

La ostentación de la moda masculina del siglo XVIII resaltaba la necesidad de aprovechar las telas. Por tanto, la geometría jugaba y aún juega, un papel fundamental en la alta costura. Se trataba de estudio distintivo de los mejores sastres y que se recopilaba en los llamados libros de trazas.

España tiene uno de los libros de trazas más antiguos que se conservan, el Alcega de 1580. Por supuesto, existen otros más modernos como el Encyclopédie, ou dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers. Editado a mediados del siglo XVIII y escrito por Diderot y d´Alambert. Aunque actualmente proliferen las tiendas de moda femenina, la primera revista de moda publicada (1678), estaba dirigida a hombres.

Abanicos masculinos

Los abanicos se han vinculado más a las féminas, pero los hombres también usaban abanicos en el siglo XVIII. Con diseños más sobrios y de pequeño tamaño. En España eran muy conocidos los abanicos de pericón, utilizados en los bailes flamencos.

Para los hombres, los abanicos no representaban ningún juego de seducción. En cambio, cubrían la necesidad que promovió su origen: combatir el calor. España participaba activamente en su comercialización siendo uno de los primeros productores del mundo.

Prácticas macabras en la moda masculina del siglo XVIII

Los curtidores se preocupaban por trabajar con buenas pieles y producir cuero para zapatos. Cierto que eran bastante incómodos, dado que hasta el siglo XIX eran iguales para ambos pies. Aun así, la indumentaria masculina incluía hermosos ejemplares con tacón.

Sin embargo, existía una práctica macabra del uso de pieles que suele pasar desapercibida. La bibliopegia se define como el oficio de encuadernar libros con piel humana. Esta práctica medieval, adquirió una gran popularidad durante la Revolución Francesa.

Las 30000 víctimas de El Terror propiciaron una gran cantidad de material barato y resistente para los curtidores. No es descabellado pensar que algún hombre llevará zapatos de piel humana a una recepción social.

Recomendaciones y lugares de interés

Para los más interesados en comprender la moda masculina del siglo XVIII encontrarán una ventaja vivir en Madrid. En Museo del Traje tiene excelentes ejemplares de estos modelos. Puede visitarse gratis los sábados a partir de las 14:00 y en días especiales.

Por otro parte, la lectura de esta semana es Historia del traje de Wilhelm Oncken. Una lectura recomendada para asaltar la evolución de la moda masculina y femenina con una visión documentalista y profesional.

Espero que estas curiosidades sobre la moda masculina del siglo XVIII sean de tu agrado. Si quieres recibir las últimas novedades, suscríbete al Newsletter. ¡Qué tengas una semana de novela!